El violinista Pablo Saraví junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires

El jueves 25 de julio a las 20:30 horas, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires presenta el noveno concierto de su abono 2013 en el Teatro Colón. Dirigirá el maestro Enrique Arturo Diemecke y actuará como solista el violinista Pablo Saraví. Las obras programadas son Sinfonía Española, paraviolín y orquesta, Op. 21 de Édouard Lalo (1823-1892), Sinfonía Nº 4 en La mayor, Op. 90, “Italiana” de Felix Mendelssohn (1809-1847) y, del mismo compositor, Obertura, Scherzo, Nocturno y Marcha nupcial de “Sueño de una noche de verano”, Op. 21 y 61.
La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires obtuvo dos Premios Konex de Platino como la mejor orquesta argentina de las últimas dos décadas, en 1999 y en 2009. Recientemente ha sido distinguida con el Premio “Mejor Orquesta Sinfónica Argentina” de 2012 por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina.
Desde 2007, el maestro mexicano Enrique Arturo Diemecke es director musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Como director artístico este año realiza su segunda temporada al frente de la Filarmónica de Bogotá, la duodécima con la Sinfónica de Long Beach (California) y la vigésimo cuarta con la Sinfónica de Flint (Michigan). Dirige con frecuencia orquestas de todo el mundo. La Sociedad Mahler le otorgó una medalla por sus versiones de las sinfonías completas y fue galardonado con el Grand Prix de l’Académie du Disque Lyrique en varias ocasiones.
Pablo Saraví estudió violín con Miguel Puebla, Szymsia Bajour, Alberto Lysy y Yehudi Menuhin. Ha sido ganador del primer premio en todos los concursos argentinos de su especialidad. En calidad de solista, en recitales o como miembro de orquestas tocó en las tres Américas, Europa, Medio Oriente y Asia. Es Primer violín y miembro fundador de la World Orchestra for Peace -formada en 1995 por Solti y continuada por Gergiev-. Es Concertino de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y de la Academia Bach de Buenos Aires. Obtuvo en 1999 el Premio Konex y en 2009 el Konex de Platino.
En su juventud, casi desconocido como compositor, Édouard Lalo se ganó la vida dando lecciones de música y como violista del Cuarteto Armingaud. La música de cámara no era popular en París y Lalo sobrevivió hasta que fue fundada en 1871 la Société Nationale de Musique, fuerte impulsora de la música instrumental francesa. En 1874, su amistad con Pablo Sarasate lo motivó a escribir Sinfonía española -y antes un Concierto para violín- ambos estrenados por el virtuoso español. Ni sinfonía ni concierto, la obra es una especie de suite en estilo concertante con motivos hispanos, que le aportan brillo y elegancia.
Finalizada en 1833, la Sinfonía Nº 4 de Felix Mendelssohn tuvo origen en el entusiasmo que le causó su viaje por Italia, meca de los compositores del norte de Europa, especialmente durante el romanticismo. Consta de cuatro movimientos: el primero, está escrito en forma sonata; el segundo, se cree fue inspirado por una procesión que presenció por las calles de Nápoles; el tercero, tiene las características de un minué del Siglo XVIII; y el cuarto, Saltarello, incorpora figuraciones de esa danza romana y de una tarantela napolitana.
En el círculo familiar de Mendelssohn se rendía culto a Shakespeare. En 1826, cuando tenía 17 años, Felix leía “Sueño de una noche de verano”. Entusiasmado, compuso una obertura en versión para dos pianos, que luego orquestó y dirigió. El rey Federico Guillermo IV de Prusia le encargó dieciséis años después la composición de música incidental para la misma comedia, que sería representada en un teatro de Potsdam. Esa Oberturafue la primera de sus catorce números.
netmedia argentina

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